El acero inoxidable se ha convertido en un material imprescindible en la industria alimentaria. Es un material que ofrece grandes beneficios en la producción alimentaria, ya que es metal muy higiénico, duradero en el tiempo y resistente a la corrosión.
El acero inoxidable se presenta en varios tipos dependiendo del uso que se le quiera dar. El metal destinado para el mercado de los alimentos en general es el acero inoxidable AISI-316, el cual está hecho con una combinación perfecta de níquel, magnesio, acero y cromo; este aumenta la resistencia a la corrosión general, mejorando la resistencia a temperaturas elevadas.
Para ponernos en antecedentes y comprender los beneficios que tiene la utilización del acero inoxidable en la industria alimentaria, debemos saber la importancia que tiene cumplir las normas de seguridad alimentaria en los procesos de elaboración, producción, transporte, almacenamiento y conservación de los alimentos. El objetivo clave es la higiene, evitando la contaminación en la manipulación de las materias primas. Es por eso que emplear materiales adecuados en estos procesos facilitará el cumplimiento de los requisitos en mayor medida.
Los altos niveles de níquel y cromo confluyen en la realización del acero inoxidable hacen que sea sumamente resistente al calor y al frío, aunque sea colocándolo en capas delgadas alrededor de máquinas como heladeras, planchas o licuadoras. Este soporta el uso diario y, sin importar la temperatura, no pierde la forma ni se desgasta.
Al mismo tiempo, también soporta la humedad y la corrosión. Está comprobado que es imposible que se consuma con el óxido; sin embargo, se deben limpiar de la forma adecuada para evitar que se queden las manchas de comida y que acabe teniendo una apariencia gastada.
Beneficios que aporta el acero inoxidable en los procesos alimentarios:
- Material muy resistente a la corrosión, que puede ser provocada por diferentes factores.
- Su superficie es compacta y poco rugosa.
- Elevada resistencia a las variaciones térmicas.
- Muy resistente a golpes y tensiones mecánicas.
- Se puede limpiar en profundidad sin verse alterado el material, facilitando la eliminación de bacterias.
- No está recubierto por ningún protector que se degrade fácilmente.